lunes, 23 de marzo de 2009

Distorsiones urbanas: de La Ciudad Desnuda a Sin City















Distorsiones urbanas: de La Ciudad Desnuda a Sin City

John O´Reilly

"Hay ocho millones de historias en la ciudad desnuda y ésta ha sido una de ellas", dice el narrador al final de La ciudad desnuda, una película de 1948 que transcurre en Nueva York. Con esta última frase del filme, los ciudadanos se convierten en metáforas, "ocho millones de historias", una transubstanciación inversa: pasan de ser de carne y hueso a convertirse en historias, y de muchas historias singulares se transforman en una enorme ciudad des-nuda, una gran idea. Se trata de una idea que se remonta a la República de Platón ­en la que Sócrates establece un paralelismo entre los diferentes componentes psicológicos del individuo y cómo estos se van sumando, y los diferentes tipos de ciudadanos y cómo ellos constituyen su ciudad ideal­, y que llega hasta Milton Glaser, que mostró Nueva York a través de la tipografía y de los símbolos.

La ciudad desnuda

Tanto en la República, como en "I love New York" o La ciudad desnuda, las historias individuales siempre son absorbidas, siempre se les otorga un propósito bajo la concepción de la ciudad como un cuerpo "orgánico". El concepto de la "ciudad desnuda" es la última versión de esta idea, pues el mismo título sugiere que la ciudad tiene un núcleo esencial que puede ser descubierto. Pero la "ciudad desnuda" dio paso a Grafópolis, una ciudad de signos, en la que cada historia contiene a su vez otras 20 o 200 o 2.000 historias, que crean sus propias conexiones y sentido. En los años setenta, el mito de la "ciudad desnuda" empezó a derrumbarse con la publicación de Aprendiendo de Las Vegas, que no sólo defendía lo vernacular, sino también la idea de una multiplicidad de lenguajes visuales.

Grafópolis

En los años ochenta, con la aparición de los objetos y la ropa de diseño y la idea de "estilo de vida", entramos en la era de "grafópolis". La "ciudad desnuda" podía haber tenido ocho millones de historias, pero, en los ochenta, las casas, la ropa y los accesorios de la gente se convirtieron en historias y narraciones, en carteles publicitarios andantes; cada decisión a la hora de adquirir un producto era una decisión sobre el estilo de vida, ya fueran periódicos o revistas, los logos y estampados de las camisetas, relojes, el diseño de los trajes, el corte y la tela, el grafismo de los accesorios y, en el nuevo milenio, también el color de las carcasas de los móviles y los iPods.

Más allá...

En realidad nunca hubo una "ciudad desnuda", sino sólo su idea. Hasta el rascacielos, la catedral de la arquitectura moderna, la arquitectura desnuda exenta de ornamentos, se convirtió para Saul Bass en la secuencia inicial de Con la muerte en los talones en una red minimalista de líneas cruzadas, vías ferroviarias, líneas de longitud y latitud, que se disuelven cuando el edificio en sí aparece.

Todo y nada se comunican, y todas las ciudades son un enloquecido y bullicioso barullo de signos y expresiones levemente percibidos, ansiados, quitados de en medio, contemplados e ignorados.

Pero algo está cambiando en Grafópolis. Una tendencia visual en el diseño y en los gráficos apunta a que la ciudad está adquiriendo rápidamente una nueva forma. Ésta se basa en el trompe l'oeil, el engaño de la vista, y a continuación se presenta su lenguaje visual.

Ver texto completo en:
http://www.basurama.org/b06_distorsiones_urbanas_reilly.htm



0 comentarios: